Slow fashion: la nueva tendencia que revolucionará la ropa actual
Hace unos 10 años, la moda que estaba comenzando a enganchar en Chile era la “fast fashion” o moda rápida. Empresas como Zara, Forever 21 y H&M iniciaron sus operaciones con cantidades de ropa nunca antes vistas y con cambios constantes en la moda todos los meses. Out estaba el concepto de 4 temporadas en un año e in comenzaba a ser tener que cambiar el closet cada 30 días (o menos).
Este concepto, la “fast fashion”, lo han aplicado grandes marcas internacionales e involucra la producción de ropa muy barata, en países de bajo desarrollo, para luego venderla en tierras donde está el poder económico para comprar. Según Afi Branding, la moda ráṕida consiste en “diseñar un producto y ponerlo a disposición del público en el menor tiempo posible”. Si el promedio de las empresas del rubro es 6 meses, otros como Inditex, dueños de Zara, se demoran 2 semanas.
Al público le encanta y es de lo que más ha vendido a nivel mundial durante los últimos años. Sobre todo en el caso de Zara. Ingresos de hasta 3 billones de dólares.
Sin embargo, muchas empresas que hacen este tipo de ropa han reportado menos ganancias o pérdidas comparativas con años anteriores. La razón no está clara todavía, pero hay una moda que es la respuesta a este concepto y que está llegando a Chile: la “slow fashion“.
Conceptualizado en 1995 por Kate Fletcher, la “slow fashion” se considera más un movimiento que una moda. Aunque no nos confundamos: el concepto tiene un estilo particular en su vestuario, igual impone tendencia, pero da más relevancia a la filosofía que promueve.
¿Cuál es esa filosofía? Buscar y lograr sustentabilidad en la producción de la ropa, mantener una responsabilidad social siempre en mente y respetar éticamente a todos los involucrados en la moda.
Esto se logra a través del diseño y creación de ropa y accesorios con materiales reciclables, con poca o nula huella de carbono, que tengan gran durabilidad, con precios asequibles y que sean atemporales. Es decir, que siempre puedas usarlo y no parecer de otra época.
Este movimiento cuenta cada vez con más seguidores en todo el mundo. Celebridades como Emma Watson, Olivia Wilde o Rosario Dawson se han involucrado en esta tendencia a través de distintas actividades e incluso inversiones personales en el mundo de la moda sustentable.
El caso de Watson es particularmente interesante, ya que desde 2010 apoya la producción ética de ropa en el mundo, utiliza productos orgánicos y ha ayudado en la creación de líneas y colecciones que son sustentables y ecológicas. Por sobre todo, buscar lograr un comercio justo en los países con bajo desarrollo que son en los cuales se produce la mayor cantidad de ropa en el mundo.
Por su parte, en Chile, la moda está recién comenzando a pegar. De a poco han llegado marcas como Friday’s Project que ofrecen hermosas prendas diseñadas ergonómicamente, a precios asequibles (entre 12 mil a 50 mil pesos) y que son totalmente sustentables. Desde poleras básicas hasta chaquetas, este tipo de marcas comparten la filosofía y buscan generar consciencia a través de sus productos.
Es de esperar que esta no sea la última empresa en instalarse en el retail. Si bien la moda rápida sigue produciendo ganancias, la slow fashion, única en su forma, sigue adoptando personas que buscan un estilo especial en su forma de vestir pero que también son conscientes del medio ambiente y las condiciones laborales justas que debes imperar.
La primera vez que se habló de “fast fashion” fue en 1990 en un artículo de Vogue llamado “Fast Fashion: Americans Want Clothing That is Quick and Easy” según cuenta Elizabeth L. Cline en su libro “Over-Dressed: The Shockingly High Cost of Cheap Fashion“.
Fuente: Biobio Chile